¿ No os ocurre que cuando menos expectativas tienes de algún tema es cuando mejor resultado da ? ¿Síííí ?
Pues es lo que me está ocurriendo últimamente más a menudo, quizás es que he aprendido a no formarme grandes expectativas sobre algo.
El último fin de semana de mayo nos fuimos de mini vacaciones, aprovechando tres días libres, al sur de Francia. Yo he viajado bastante por Francia y es un país que me gusta mucho, casi me siento como en casa, es más siempre que he estado allí me han confundido por francesa. En uno de los pueblos que estuvimos, me encontraba comprando, en la cola de una tienda detrás de unos españoles que hablaban español con la dependienta, pero cuando llegó mi turno ella me comenzó a hablar en francés sin yo haber abierto boca.
Bueno a lo que voy, no tenía grandes perspectivas del lugar al que íbamos, simplemente pasar unos días fuera de la rutina, sin embargo el lugar al que fuimos nos encantó por completo en todos los sentidos. Nuestra estancia fue en la zona Le Barcarès, en un complejo turístico muy bien cuidado, tanto el entorno como las casas. Me imagino que al no ser temporada alta, la paz y tranquilidad que se respira es difícil de encontrar en otras épocas. A mí me sirvió para recargar mis desgastadas pilas por este estresante año para mí.
He aquí algunas vistas:
La vista de los atardeceres desde donde nos alojábamos:
Deseábamos la playa con muchas ganas:
Y nos recibió este imponente buque anclado en tierra:
Pudimos visitar la tranquilidad ciudad de Narbonne:
Hasta encogimos un poquito:
(somos los de la derecha, no la señora que protege el pan)
Uno de los lugares que más me gustaron de la ciudad fue Les halles. un mercado delicatessen que me recordó a La Boqueria de Barcelona o al Mercado de San Miguel de Madrid. Me volví loca sólo viendo la gran variedad de quesos. yo compré queso de Rocamadour, un delicioso queso de cabra.
En el interior de la zona encontramos paisajes también bonitos:
Ya lo tengo decidido, un año de estos alquilamos un bote y recorremos los canales franceses en vacaciones:
Otro lugar precioso que visitamos fue Collioure. Está a tan sólo 30 kilómetros de la frontera española:
Dio la casualidad que estaba el ejército ensayando un desembarco y allí que estábamos nosotros para sacar unas fotos ( nos gusta más una cámara)
Además en el jardín del lugar donde nos alojamos, había una gaviota con su pollito que hizo las delicias de pequeños y grandes urbanitas que somos:
En fin nos lo pasamos muy bien, disfrutamos mucho y por fin logré relajarme y desconectar:
Para mí no hay nada tan relajante como mi querido Mediterráneo.