Desde que mi economía está tocada debido a esta crisis, como a muchos les ocurre, intento ahorrar de aquí y de allí. Acción cada día más difícil.
En esta época he aprendido que muy pocas cosas son imposibles, si uno quiere. Y que la frase querer es poder, es realmente cierta.
Mi relación de amor- odio con la costura, viene de épocas lejanas. Nunca me gustó y cuando intento hacer algo, los resultados finales nunca son de mi agrado. Por eso sólo me atrevo con piezas pequeñas. Ahora estoy en la fase renovación o relook de diferentes piezas de mi armario.
A veces compro ropa que se queda escondidita en el armario durante tiempo, y cuando la voy a usar no me gusta de la misma forma como cuando la compré. Eso me pasó con esta camisa. Unas mangas anudadas que no me convencían, ni el día que me la compré.
Armada de unas tijeras, separé las mangas, guardando la zona rizada:
Luego las cosí a la altura de los hombro, así conseguí una nueva camisa:
El otro día mi hermana me dió un trozo de tela, en realidad era un muestrario. Como era elástica, aproveché para utilizarla así:
Lo positivo de esta crisis es que sirve para agudizar el ingenio.