Esto días se está rememorando Operación Triunfo, un programa que en su día me enganchó, con un reencuentro de sus protagonistas. Hace ya 15 años que el programa se estrenó.
A mí estos 15 años me han pasado muy, quizás, demasiado rápido. Pero en realidad no soy consciente que los años van pasando, y a veces no los voy disfrutando lo suficiente.
Echando la mirada atrás y haciendo balance, lo que me ha parecido un suspiro no lo ha sido tanto porque muchísimas cosas me han ocurrido durante estos 15 años: he sido madre por segunda vez, he perdido a mi madre y a mi padre. También se fueron algunos tíos, primos, suegra y suegro. Nuestro perrito también. Me he cambiado de casa, y un par de coches he estrenado. Cerró la empresa en la que tenía el empleo de mi vida, pero batallando varios años encontré el empleo en el que estoy. Intenté fundar dos microempresas pero fueron fallidas las dos. He estudiado varios idiomas: inglés, italiano y alemán. He cursado diversos estudios de índole diferente, el que más feliz me hizo fue Dibujo y Pintura, he comenzado una carrera de Diseño en la universidad. He sido invitada a bodas, bautizos, comuniones y funerales. He viajado lo que he podido. He creado un blog y he encontrado gente maravillosa tras él. He conocido a amigos de verdad y otros que no lo eran tanto, y han vuelto viejos amigos perdidos. Me he decepcionado con mucha gente y en cambio me he llevado gratas sorpresas con otros.
He aprendido muchísimo de la vida y de las personas en general. Y me han ocurrido más cosas que no puedo contar por aquí.
En definitiva, aún sonando a tópico, he llorado y he reído mucho, pero la gran mayoría de veces no lo he saboreado lo suficiente, viéndolo con la perspectiva del tiempo.