Hace unos días visité Mercantic. Supongo que algunas lectoras ya lo conocen. Es un mercado de antigüedades, maravilloso, un lugar con ecanto, de visita obligada, más si vives a 10 km de distancia. Pero por un motivo u otro no lo había visitado, y eso que en mi juventud solía frecuentar un bar pegado a él. De esos bares con música en directo, muebles y sofas vintage, y con vela incluida en casa mesa.
Además coincidió con una feria y la descarga de primero de mes, con antigüedades a pie de camión.
Las casetas de colores, los productos que se venden, el bar con escenario, la terraza para tomar el vermut, todo, todo, todito me maravilló
Vi tantísimos objetos que me trasladaron a mi infancia, las sillas de terraza que usábamos, la caja de herramientas de mi padre, el acordeón de mi abuelo, un teléfono góndola, la caja de lata con flores donde guardaba mi madre las fotografías, . . . . . .
Tu abuelo tocaba el acordeón? Qué chulo! Me encanta estos mercadillos… me encanta que ahora esté de moda todo lo antiguo y que no se tire nada, todo se reutiliza o se recicla.
Hemos pasado unos años de exceso de tirarlo todo a la basura. En el camping a final de temporada, cualquier cosa que molestaba a la gente, aunque estuviera nueva, ala! a la basura! Y mi familia que siempre hemos sido unos «telareros» hemos ido reutilizando, restaurando y arreglando lo que otros descartaban como «viejo» o «inútil»…
Un beso.
A mi me gusta mucho reutilizar y dar nuevos usos antes de tirar. Creo que se ha tirado mucho y es una lástima
Me encanta Mercantic. Ojalá hubieran más sitios de este estilo. Besos
Sí porque no hay demasiados lugares así
En Navacerrada (el pueblo, no la estación de esquí) ponen un mercadillo de antigüedades todos los domingos. Coincido contigo en que te transporta a la infancia. Se pasa muy bien.