Ayer en mi mini-ciudad se celebró el Corpus Christi. En algunas calles del casco antiguo se puede pasear entre flores, entre las alfombras florales que embellecen el asfalto. Los vecinos de cada calle, se esfuerzan en adornar y acicalar con imágenes rellenas de pétalos, el gris pavimento.
La visión de las vías es bella y primaveral, una vez al año son tomadas por diversos motivos y colores.
Si nos acercamos a la Iglesia, podemos ver » l’ou com balla» ( el huevo como baila), tradición que data del siglo XVI. Consiste en colocar un huevo sobre una fuente del patio de la Iglesia, éste baila según la fuerza y el ritmo del surtidor de agua.
Y he aquí el cómo se hizo, o mejor dicho la cazadora de imágenes cazada. Mientras me dedicaba a captarlas, alguien me iba captando a mí.
Esta es la bella ceremonia que puedo ver desde mi balcón o directamente en la calle. Por la tarde una procesión pasa por encima de las alfombras, destruyendo el esfuerzo y los bonitos pétalos colocados. Y por la noche, el servicio de limpieza habrá borrado cualquier rastro de que en el feo y gris pavimento hubo belleza y color.